21 de enero de 2010

Tráfico de la hora pico



Damos gracias que la arquitectura siempre queda excenta del problema circunstancial que el tránsito nos obliga vivir durante horas en esa supuesta "hora".

Al margen de una pelota pepsi que algún día quitarán o de un uso sin medida de los carros del cual somos todos partícipes, la arquitectura y la ciudad quedan inertes. Ellas juntas son un fenómeno del cual somos partícipes y que simplemente son testigos del paso del tiempo en nuestras vidas.

Que bueno cuando además tienen algo que decirnos...

1 comentario:

Aaron Thomae dijo...

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