14 de julio de 2008

“SIMPATÍA POR EL BARRIO” dirían los Rolling!: crónica de un toque en el Barrio El Placer de María, Baruta.

Caracas, Domingo, 10:44 am.: “Epa, hoy a las 2:00 pm va a tocar “El Quinto Aguacate, en El Placer de María”.

Ya a las 2:30 pm. con algo de retraso, serpenteamos la carretera hacia el Peñón atravesando varias dimensiones, al mejor estilo Star Trek.
Súbitamente la calle se achica, carros, niños en bicicletas, perros, pelotas de un lugar a otro fiscalizan nuestra incursión. Aparcamos celosamente nuestros vehículos, y la adrenalina se siente en crescendo.

“Hola, venimos de España,” dicen entusiasmados por toda la imagen de la entrada al Placer de María, los camarógrafos que vienen a registrar en un documental lo que a continuación sucedrá. Se cruzan saludos, apretones de manos, y miradas cordiales, y sin más nada que decir, decidimos adentrarnos. Inclinando los cuerpos vamos venciendo la subida que nos da la bienvenida al barrio, y poco a poco se va mostrando la calle. Colgados de los cables eléctricos los zapatos caen sobre la vista hacia la montaña, donde no cabe un bloque de arcilla más. Entradas, ventanas, escaleras todo sobre todo, nada delante de nada. Carteles improvisados, cauchos sin aire, rines sin cauchos, carros sin rines, y gente sin carro. Gente sin muchas cosas.

Por fin. Llegamos a la calle, no tiene nombre la calle. Vamos siguiendo el rastro de una tubería de agua superficial que nos acompaña, hasta la casa de “Chegüe”, quien desde arriba nos saluda y nos dice. ¡Por ahí no e´, es pa´ abajo!.. Bajamos, bordeamos, volteamos y nos asomamos en una puerta donde nos espera su hijo Arón con Job, (hijo de Aron, según la Biblia, y según Chegüe también) y el pastor alemán mejor alimentado que he visto hasta ahora.

Subimos, un piso, la casa, subimos otro, en la azotea están todos y todo: batería, congas, cumaco, amplificadores, guitarra bajo y de fondo en una pared “PARAÍSO EN LA TIERRA”. La brasa calentaba la lata “vatel” donde se cocinaba el sancocho, y el ron con hierbabuena servido en vasos plásticos.

Una vez instalados, nos presentamos todos, conozco a Carlos, guitarrista, profesor de música en el colegio británico y con un parecido impresionante con Angus Young, de AC/DC, Guisi, bajista, y a Edgar Moreno que además de cantar y tocar la flauta, es un fotógrafo brillante.

Todo preparado.

“¡MACHETE CANÍBAL!”, grita Edgar. Y Chegüe suelta una tanda de punk!
En la batería, Aron con el cumaco y la paila lo acompaña, y el estruendo de la guitarra de Carlos, con la base de Güisi forman algo impresionante.

Con rabia empieza el recital de Edgar, “estoy en el caribe confundido”…, la flauta, los tambores, los cambios de la guitarra, los del bajo, son demoledores, es algo que no se ha escuchado antes.

Esta es la situación límite, donde las ciudades desaparecen y se encuentran, donde muere el kitch, y nace lo genuino, sin tabúes.

Le cantan a la “CUAIMA VIRGEN” y la revolución en ARGELIA de los años 50. Con más actitud de operarios mecánicos que de músicos, van derrumbando con sonidos cualquier barrera social y cultural que nos haya podido separar antes de entrar al Placer de María, y la música va llenando de placer tanto a María Juana como a María Corina, todos bailan aunque no quieran, los dientes rechinan con los gritos de la guitarra tropicadelica! Y con el sancocho vatel todos se calientan y la cosa se pone “maj ´ buena!

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